La arquitectura tradicional de Mallorca se centra en las grandes posesiones en terreno rústico, caracterizadas por sus 2 plantas con muros de piedra y cubiertas inclinadas.
En este proyecto se recuperó una vivienda realizando una intervención de rehabilitación integral y ampliación, con materiales, colores y texturas que se integran en el paisaje y la arquitectura prexistente.
Me gusta que mis obras en rústico se integren y dialoguen con el paisaje en el que se ubican pero también que sean capaces de dar respuesta a las nuevas necesidades del uso moderno.
Es por ello que realizamos un interiorismo sencillo pero elegante, como era el de antaño, añadiendo elementos modernos pero de línea sobria, que compatibilicen con el resto.
Ese minimalismo nos aporta la sencillez de las casas tradicionales y nos permite una arquitectura del siglo XXI: Que la vivienda esté en harmonía con el paisaje exterior e interior y a su vez con el uso y necesidades de sus ocupantes en el interior, sin perder su calidez.